El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó que el incremento del salario mínimo para 2026 será superior a la inflación, continuando la tendencia de los últimos tres años. La declaración se dio tras la decisión del Banco de la República de mantener inalterada la tasa de interés para este mes.

“El gobierno procurará que haya acuerdos entre el sector empresarial y las centrales obreras, pero mantendremos la tendencia de realizar incrementos reales, por encima de la inflación”, aseguró Ávila. Con una inflación de 5,1% en agosto, el piso del incremento para el próximo año estaría, al menos, por encima de ese porcentaje.

El ministro reiteró que el objetivo es recuperar la capacidad adquisitiva de los trabajadores y destacó que la decisión final contará con la aprobación del presidente Gustavo Petro.

En los dos últimos años, el salario mínimo se ha decretado directamente: en 2023 subió 12% y en 2024, 9,53%. En ambos casos, la falta de consenso entre las partes llevó al Gobierno a definir el aumento por decreto presidencial.

El anuncio no tardó en generar reacciones entre los empresarios. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, advirtió que un incremento de dos dígitos sería “populista” y pondría en riesgo la sostenibilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas.

“La mesa de concertación se ha vuelto una farsa porque el presidente ya anunció que fijará por decreto un aumento de 11%. Esa cifra equivale al doble de la inflación y amenaza la sostenibilidad de miles de negocios”, sostuvo Cabal.

Según el dirigente gremial, un incremento desbordado podría “disparar los costos laborales, aumentar la informalidad y provocar cierres de pequeñas empresas”, especialmente en un contexto de mayores cargas derivadas de la reforma laboral y la reducción de la jornada a 42 horas semanales desde 2026.

Fenalco anunció que presentará en el Congreso un estudio sobre el impacto que las nuevas condiciones laborales y los incrementos salariales han tenido en la estructura de costos de los comerciantes.