Un ataque aéreo ruso a gran escala contra Kiev dejó al menos un muerto y decenas de heridos, además de graves afectaciones a la infraestructura energética, horas antes de la reunión prevista entre el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y el exmandatario estadounidense Donald Trump, clave en los esfuerzos para buscar una salida a la guerra.
La ofensiva se prolongó durante casi diez horas, convirtiéndose en una de las más largas del año. Según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, al menos una persona murió y alrededor de 28 resultaron heridas, de las cuales 13 debieron ser hospitalizadas. Además, más de 2.600 edificios residenciales quedaron sin calefacción, junto con 187 jardines infantiles, 138 escuelas y 22 instituciones sociales, en medio de temperaturas invernales extremas.
Zelensky denunció que Rusia lanzó cerca de 500 drones y alrededor de 40 misiles durante la noche, con ataques concentrados principalmente en infraestructura energética y zonas civiles de la capital. En varios distritos se registraron incendios que afectaron talleres, edificios residenciales y obligaron a evacuar a adultos mayores de una residencia geriátrica, según los servicios de emergencia locales. Periodistas internacionales en la ciudad reportaron explosiones constantes y el sobrevuelo de drones de ataque durante la madrugada.
El mandatario ucraniano afirmó que la intensidad de los bombardeos contradice la participación de representantes rusos en conversaciones para poner fin al conflicto. “Mientras hablan de paz, los misiles y drones hablan por ellos”, escribió Zelensky en redes sociales, insistiendo en que Moscú utiliza la violencia como herramienta de presión política y militar.
El ataque se produjo a pocas horas de la reunión que Zelensky planea sostener con Trump en Florida. El presidente ucraniano ha señalado que un plan de paz elaborado junto a funcionarios estadounidenses está “90 % listo” y que buscará discutir garantías de seguridad para Ucrania. Trump, por su parte, dijo esperar que el encuentro “salga bien”, aunque advirtió que cualquier acuerdo dependerá de su aprobación y que también planea hablar con el presidente ruso, Vladimir Putin.
La escalada tuvo repercusiones regionales. Polonia desplegó aviones de combate y cerró temporalmente los aeropuertos de Rzeszow y Lublin por razones de seguridad, ante la actividad militar cercana a su espacio aéreo.
Funcionarios estadounidenses y europeos expresaron cauteloso optimismo frente al encuentro del domingo, aunque reconocen la incertidumbre del proceso. En preparación, Zelensky sostuvo conversaciones con líderes de la OTAN y de varios países aliados, reiterando que Ucrania “no será un obstáculo para la paz”, pero advirtiendo que los ataques sobre Kiev refuerzan la fragilidad del actual momento diplomático.






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