El retiro del aporte estatal al programa Crédito-Beca de Colfuturo abrió un debate de fondo sobre el modelo de financiación de estudios de posgrado en el exterior y su impacto en la equidad social. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación aseguró que solo el 9% de los créditos otorgados llegó a beneficiarios de los estratos 1 y 2, un dato que, según el Gobierno, evidencia fallas estructurales en el acceso a la formación de alto nivel.

La decisión pone fin a una relación de más de 20 años entre el Estado y Colfuturo, considerada durante décadas como el principal programa de apoyo a estudios de posgrado internacionales en América Latina.

De acuerdo con MinCiencias, las cifras del informe Colfuturo 2024 muestran que cerca del 70% de los beneficiarios del esquema Crédito-Beca pertenecieron a los estratos 4, 5 y 6, lo que, a juicio del Ejecutivo, contradice el objetivo de democratizar el acceso a la educación avanzada.

“No se cerraron oportunidades, se corrigió un modelo excluyente”, sostuvo el ministerio, al argumentar que el énfasis en el crédito y el endeudamiento operó como una barrera para estudiantes de menores ingresos y de regiones históricamente subrepresentadas.

En la misma línea, el presidente Gustavo Petro respaldó la decisión y cuestionó que una política pública financiara mayoritariamente a jóvenes de estratos altos, que representan una proporción reducida de la población.

Como alternativa, el Gobierno anunció un nuevo esquema de formación de alto nivel basado en becas completamente financiadas, con una meta de hasta 10.000 cupos anuales. El modelo elimina créditos, intereses y exigencias como los codeudores, cubre matrícula, sostenimiento y apoyo a investigación por hasta cuatro años, y prioriza a estudiantes de estratos 1, 2 y 3. Para el Ejecutivo, se trata de transformar la educación avanzada en una inversión pública estratégica y no en una apuesta individual con riesgo financiero.

Respuesta de Colfuturo

Colfuturo, sin embargo, rechazó la lectura oficial. Su director ejecutivo, Jerónimo Castro, defendió la trayectoria del programa y afirmó que desde el inicio de la cooperación con el Estado se han apoyado 16.800 colombianos, con una inversión total de US$618 millones, de los cuales el 53% provino de la fundación y el 47% del Gobierno Nacional. Según la entidad, la distribución real de beneficiarios se concentra en estratos medios y es comparable a la composición social del pregrado en Colombia.

La fundación también subrayó que más de 3.000 beneficiarios han cursado doctorados en universidades de primer nivel internacional, y que el proceso de selección ha estado basado en criterios de meritocracia y excelencia académica. “La transparencia ha sido una constante”, afirmó Castro, al cuestionar que las cifras difundidas no reflejan la totalidad del impacto del programa.

El fin del aporte estatal marca un punto de inflexión en la política de formación avanzada. El debate ahora se centra en si el nuevo modelo gubernamental logrará ampliar efectivamente el acceso sin sacrificar calidad ni continuidad, y en cómo se reconfigurará el papel de Colfuturo en un escenario sin financiación pública.