El conservador Nasry “Tito” Asfura fue proclamado oficialmente este miércoles como nuevo presidente de Honduras, luego de un proceso electoral marcado por un estrecho margen de diferencia, denuncias de fraude y más de tres semanas de incertidumbre tras los comicios del pasado 30 de noviembre.
El pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró electo a Asfura para el período constitucional de cuatro años, poniendo fin a un escrutinio prolongado por fallas técnicas y controversias políticas. El empresario y exalcalde de Tegucigalpa, de 67 años, logró la presidencia en su segundo intento.
De acuerdo con el resultado final, Asfura obtuvo el 40,27 % de los votos, superando por menos de un punto porcentual a Salvador Nasralla, del Partido Liberal, quien alcanzó el 39,39 %. En tercer lugar quedó Rixi Moncada, candidata del partido oficialista de izquierda LIBRE, con el 19,19 %, lo que representa un revés para el gobierno saliente de Xiomara Castro.

Nasralla rechazó los resultados y reiteró sus denuncias de fraude, asegurando que hubo irregularidades en al menos 10.000 urnas. El candidato opositor cuestionó además a las misiones de observación internacional por no pronunciarse con mayor contundencia frente a las anomalías que, según él, afectaron el conteo.
Apoyo de Trump y reacción internacional
Asfura contó con el respaldo público del expresidente estadounidense Donald Trump, quien antes de las elecciones advirtió sobre posibles recortes de ayuda a Honduras si no ganaba su candidato. Estas declaraciones fueron calificadas como injerencia electoral por la presidenta Castro y por sectores de la oposición.
Tras la proclamación, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, felicitó a Asfura y expresó la disposición de Washington para trabajar con su futura administración en temas de seguridad y desarrollo regional.

La victoria de Asfura marca el retorno de la derecha al poder en Honduras, en un contexto regional de fortalecimiento de fuerzas conservadoras en América Latina. Sus seguidores celebraron el anuncio, mientras que sectores opositores anunciaron que continuarán cuestionando la legitimidad del proceso.
El nuevo presidente aseguró estar listo para gobernar y prometió no defraudar a la ciudadanía, en medio de un país que sigue polarizado tras una de las elecciones más disputadas de los últimos años.






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