El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su gobierno avanzará hacia una nueva fase de su estrategia contra el narcotráfico con el inicio de operaciones terrestres, una decisión que eleva la tensión regional y vuelve a colocar a Venezuela en el centro de la presión política y militar de Washington. El mandatario aseguró que, tras las acciones navales en el Caribe, su administración está lista para ampliar el alcance de las operaciones.
“Y ahora empezamos por tierra. Y por tierra es mucho más fácil. Y eso va a empezar a suceder”, afirmó Trump durante una conferencia de prensa en el Despacho Oval, al ser consultado por la situación en América Latina. Aunque evitó detallar fechas o escenarios específicos, dejó claro que se trata de una nueva etapa en la ofensiva contra las redes que, según su gobierno, envían drogas a Estados Unidos.
Trump señaló que las operaciones marítimas permitieron reducir en un 96 % el ingreso de drogas por vía acuática y sostuvo que el porcentaje restante continúa siendo atacado en el Caribe. En ese contexto, defendió las recientes acciones militares y afirmó que su administración considera el narcotráfico como una amenaza directa a la seguridad nacional.
El anuncio se produjo pocos días después de la incautación de un petrolero con crudo venezolano frente a las costas del país caribeño, una operación que marcó un punto de quiebre en la aplicación de sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro. Aunque el presidente evitó referirse en detalle al futuro del petróleo venezolano, la ofensiva terrestre fue interpretada como una escalada adicional de presión contra Caracas.
Trump insistió en que los objetivos de estas acciones son las organizaciones criminales y no necesariamente un país en particular, pero sus declaraciones volvieron a colocar a Venezuela como uno de los focos centrales de la estrategia estadounidense.
Advertencias a Colombia y mensaje regional
En paralelo, el mandatario lanzó duras advertencias hacia Colombia, a la que señaló como parte del problema regional del narcotráfico. “Colombia tiene al menos tres fábricas de cocaína. No estamos contentos con eso, pero lo estamos deteniendo”, afirmó, marcando diferencias con el caso venezolano, pero sin descartar una mayor presión.

Trump sostuvo que la lucha contra las drogas equivale a una guerra abierta y aseguró que su gobierno no permitirá que el narcotráfico siga causando cientos de miles de muertes al año en Estados Unidos. En ese marco, defendió su política de seguridad fronteriza y aseguró que el ingreso irregular al país se redujo de forma drástica.
Sin precisar si las operaciones terrestres podrían extenderse más allá de Venezuela, el presidente dejó abierta la posibilidad de ampliar la ofensiva en la región. Con este mensaje, Washington refuerza una estrategia de máxima dureza que combina acciones militares, sanciones económicas y presión diplomática, en un escenario que vuelve a tensar las relaciones con varios gobiernos latinoamericanos.






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