En una intervención durante un consejo de ministros realizado la noche del 10 de diciembre, el presidente Gustavo Petro explicó en detalle las razones que llevaron a su Gobierno a elegir los aviones suecos Gripen en lugar de los F-16, modelos que, según afirmó, fueron ofrecidos a Colombia en condiciones poco favorables. El mandatario aseguró que la prensa que defendía esa alternativa avalaba la adquisición de aeronaves “de tercera mano”, similares a las que recientemente compró Argentina.
Petro sostuvo que la decisión se tomó luego de evaluar la vida útil, las características técnicas y la capacidad operativa de ambas aeronaves. “El F-16 viejo que defendió la prensa se lo acaban de vender a Argentina. Los viejos, allá Milei. Yo rechacé esa propuesta porque los Gripen son nuevos, se comparan con los F-35”, afirmó. Según él, la elección buscó garantizar un sistema de defensa moderno y con mayor proyección tecnológica.
El jefe de Estado también destacó que los Gripen cuentan con capacidades avanzadas de disparo y operación, a excepción de la posibilidad de aterrizar en portaaviones, una característica exclusiva del F-35. “Pero nosotros no tenemos portaaviones, y no sé cuándo la Armada haga uno”, sostuvo, en referencia a que esa limitación no representa un obstáculo para las necesidades de defensa del país.
Durante su intervención, Petro explicó que la negociación con Saab —fabricante de los Gripen— incluye un capítulo de compensación tecnológica conocido como Offset, mecanismo que permite que parte del valor del contrato se traduzca en transferencia de conocimiento, desarrollo industrial o proyectos estratégicos dentro del país.
En ese paquete, según detalló, se acordó la dotación tecnológica y la restauración parcial de la torre central del hospital San Juan de Dios, proyecto que ha sido objeto de debate en medio del trámite presupuestal del Gobierno. Petro aclaró que esto no implica recursos adicionales para la Nación, sino que forma parte del mismo pago a la compañía fabricante de los aviones.
“No le cuesta a la Nación una partida diferente; lo pagamos en el pago que se hace por los aviones a la empresa que los fabrica”, afirmó, al recalcar que el financiamiento no proviene del presupuesto destinado a la recuperación del hospital, sino de las obligaciones de compensación incluidas en el contrato militar.
Con estas declaraciones, el presidente buscó cerrar la controversia generada por la compra, una de las decisiones de defensa más discutidas de su administración, y reforzar el argumento de que la elección de los Gripen responde a criterios de modernización y beneficios tecnológicos para el país.






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