«Pipe» Córdoba se inscribe oficialmente como precandidato del Partido Conservador

El excontralor Carlos Felipe Córdoba oficializó su aspiración presidencial dentro del Partido Conservador y salió al paso de las críticas que lo señalan de buscar el aval azul pese a su pasado cercano al liberalismo. Aseguró que, aunque no ha militado en esa colectividad, siempre ha defendido sus principios.

Córdoba afirmó que su trayectoria pública ha estado alineada con valores que identifica como propios del conservatismo: defensa de la vida, la familia, el orden institucional y la lucha contra la corrupción. “He sido conservador en lo que más importa”, dijo durante su inscripción.

Una de las principales controversias surgidas tras su llegada a la carrera interna del partido es la acusación de que sería la ficha del presidente Gustavo Petro dentro del conservatismo. Córdoba rechazó esa versión y aseguró no tener vínculos con el Ejecutivo.

“En tres años y medio no he ido una sola vez a visitar al presidente. Soy el único candidato que le dice ‘el guerrillero presidente’”, señaló, al tiempo que advirtió que la contienda será compleja porque “ellos están en el poder y tienen recursos”.

Hasta ahora, 17 representantes a la Cámara —la mayoría de la bancada conservadora— han expresado su apoyo a Córdoba, ampliando una división que ya se siente en las toldas azules.

Cinco precandidatos y un mecanismo por definir

Con su inscripción, Córdoba completa el grupo de cinco aspirantes que buscan el aval conservador. El senador Efraín Cepeda, la representante Juana Carolina Londoño, el exministro Rubén Darío Lizarralde, el coronel Carlos Velásquez y el propio excontralor.

La presidenta del partido, Nadia Blel, confirmó que el Directorio Nacional será el encargado de definir el mecanismo de selección. Las opciones van desde una convención hasta una encuesta o una consulta popular. Sin embargo, cualquiera que sea la fórmula, deberá convocarse una convención para aclamar al candidato definitivo.

El partido también manifestó su intención de participar en la consulta interpartidista de marzo, lo que podría modificar los tiempos y alineamientos internos.

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