La decisión de Sergio Fajardo de descartar su participación en una consulta interpartidista reacomodó el tablero político y provocó reacciones inmediatas entre otros precandidatos del centro. Dos de los más críticos fueron David Luna y Daniel Oviedo, quienes consideran que la postura del exgobernador debilita la posibilidad de consolidar una alternativa competitiva de cara a las elecciones.

Luna, exsenador y exministro TIC, fue uno de los primeros en pedirle a Fajardo que reconsiderara su decisión. Señaló que renunciar a la consulta significa renunciar a fortalecer al centro político en un momento en el que, aseguró, “la unión de diversos sectores es indispensable para sumar y no restar”. Para él, la consulta no divide, sino que ordena y legitima un liderazgo capaz de enfrentar a los extremos.

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El exsenador insistió en que una alianza amplia sigue siendo la mejor opción y reiteró su invitación a Fajardo para sumarse al espacio que adelanta junto a Mauricio Cárdenas y Juan Manuel Galán. Cuestionó, además, que competir por fuera del mecanismo pueda interpretarse como un interés de llegar y gobernar en solitario.

Desde otra orilla del centro, Daniel Oviedo también criticó la postura de Fajardo. Recordó que el exgobernador figura tercero en las encuestas y, por eso, considera que debería medirse en una consulta para proyectar crecimiento político. A su juicio, el mecanismo permitiría definir un liderazgo más robusto y competitivo.

Ambos coincidieron en que la decisión de Fajardo reduce las opciones del centro para mostrar cohesión y enfrentar con fuerza a los sectores que él mismo señala como extremos. Mientras tanto, el exgobernador mantiene su postura y ha reiterado que las consultas “estrangulan” al centro político y terminan por favorecer la polarización.