El presidente Gustavo Petro volvió a marcar distancia en los debates climáticos internacionales al rechazar la declaración final aprobada en la COP30, celebrada en Belém, Brasil, por no mencionar de manera explícita a los combustibles fósiles como causa principal de la crisis climática.

En un mensaje público, el mandatario sostuvo que no aceptará un documento “que no refleje la verdad científica” y reiteró que su postura responde al mandato político con el que llegó a la Presidencia.

“Yo soy un hombre de izquierda y un hombre de razón”, afirmó, asegurando que no puede contradecir la evidencia científica ni el compromiso adquirido con más de once millones y medio de votantes que respaldaron su proyecto político.

La inconformidad de Petro se centra en el llamado “Mutirão”, uno de los textos centrales aprobados al cierre de la cumbre y que define cómo los países deben movilizarse para enfrentar la crisis climática.

El documento reconoce que limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C exige reducir 43 % las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, evita mencionar la necesidad de disminuir la producción de petróleo, carbón y gas, algo que el presidente colombiano considera indispensable para que la declaración tenga coherencia científica.

Aunque el Mutirão hace un llamado a recortar emisiones, omite relacionar directamente la principal fuente de estos gases: los combustibles fósiles.

El mandatario reiteró que su postura está alineada con su propuesta de convertir a Colombia en una “potencia mundial de la vida”, concepto que ha sostenido desde su campaña y que, según él, exige una transición energética basada en la evidencia científica.

Petro subrayó que no puede “desobedecer” el mandato político que lo llevó al poder y que su compromiso con la acción climática implica marcar posiciones firmes en escenarios internacionales, incluso si generan tensiones diplomáticas.

La COP30 abordó temas como transición energética justa, financiamiento climático, adaptación y resiliencia, pérdidas y daños, bosques y biodiversidad, y participación social. Para Petro, todos estos puntos son esenciales, pero deben estar articulados con un reconocimiento explícito del papel de los combustibles fósiles en el calentamiento global.