El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reactivó este viernes sus críticas hacia Colombia al calificar como “horrible” la situación del narcotráfico en el país y anticipar que su administración tomará nuevas acciones para frenar el flujo de cocaína hacia territorio estadounidense. Las declaraciones, dadas inicialmente en una entrevista radial con Fox y reiteradas más tarde a periodistas durante un vuelo en el Air Force One, profundizan el clima de tensión diplomática con el gobierno de Gustavo Petro.
Trump aseguró que Colombia mantiene “plantaciones de coca donde hacen cocaína” y señaló que esta realidad representa un riesgo directo para la seguridad de Estados Unidos. “Es horrible. Colombia es horrible y vamos a lidiar con eso”, afirmó, en una referencia que reabre un debate sensible sobre la cooperación antidrogas entre ambos países.
El mandatario enlazó su mensaje con una crítica más amplia a la región, mencionando también a México y Venezuela como actores que, a su juicio, no logran detener el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. “En términos de detener las drogas que se esconden, tenemos un problema en México, tenemos un problema en Colombia…”, dijo, insistiendo en que la magnitud del flujo ilícito mantiene “desesperado” a su gobierno.
El señalamiento hacia la administración Petro se produce en medio de desacuerdos sobre la erradicación de cultivos ilícitos, la estrategia militar en el Caribe y las operaciones contra embarcaciones señaladas de transportar cocaína. Estos choques han marcado los meses recientes y han alimentado un deterioro visible en la relación bilateral. Aunque la Casa Blanca no detalló qué medidas concretas evalúa, los comentarios de Trump sugieren una postura más agresiva frente a los países que considera poco eficaces en la lucha antidrogas.
El gobierno colombiano no se ha pronunciado oficialmente sobre las declaraciones, pero fuentes diplomáticas han reconocido que la relación atraviesa uno de sus momentos más tensos en años, en parte por las diferencias estratégicas y por el tono confrontacional del presidente estadounidense. Con este nuevo episodio, las expectativas se concentran en si Washington avanzará hacia sanciones, condicionamientos de cooperación o un aumento de operaciones en el Caribe, escenarios que añadirían más presión a una agenda bilateral ya marcada por fricciones.







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