La crisis institucional que rodeaba la rectoría de la Universidad Nacional llegó a un punto definitivo luego de dos decisiones consecutivas. El Consejo de Estado anuló la designación de Leopoldo Múnera para el periodo 2024-2027, y al día siguiente, el propio Múnera anunció que renunciará para permitir una transición ordenada dentro de la institución.
La Sección Quinta del Consejo de Estado concluyó que la Universidad Nacional incurrió en irregularidades al corregir, mediante la Resolución 067 de 2024, el acto que había designado como rector a José Ismael Peña el 21 de marzo del año pasado. El tribunal determinó que el CSU aplicó de forma indebida el artículo 41 del Código de Procedimiento Administrativo, una norma que permite corregir actuaciones administrativas solo antes de la expedición del acto definitivo.
Según el fallo, el Consejo Superior actuó sin competencia al intentar modificar un nombramiento que ya gozaba de presunción de legalidad. La decisión sostiene que el órgano colegiado “desconoció los límites de su actuación y vulneró la jerarquía normativa que reserva a los jueces la facultad de revisar la legitimidad de los actos de elección”.
Ocho demandantes habían solicitado la nulidad, entre ellos la senadora Paloma Valencia, quien celebró el fallo asegurando que representa “una victoria institucional” y un mensaje sobre la importancia de proteger la independencia universitaria. También afirmó que la decisión envía una señal al Gobierno sobre los límites en la intervención en las universidades públicas.
Aunque la sentencia anula la designación de Múnera, el Consejo de Estado aclaró que le corresponde a la universidad definir quién asumirá la rectoría mientras se reestablece el trámite conforme a las reglas internas.
Múnera renuncia y pide una transición tranquila
Un día después del fallo, el profesor Leopoldo Múnera anunció en W Radio que presentará su renuncia para facilitar el proceso de transición y evitar mayores tensiones institucionales. Según dijo, su decisión busca preservar la estabilidad académica y administrativa de la Nacional en un momento de fuerte polarización.
Múnera agradeció el respaldo recibido por estudiantes, profesores y egresados, pero insistió en la necesidad de actuar con serenidad. “Debemos hacer la transición hacia una nueva rectoría en calma, cumpliendo las funciones misionales y permitiendo que la Universidad Nacional funcione y funcione bien”.
También se refirió al clima de movilización estudiantil surgido tras la anulación de su elección, destacando la independencia del estudiantado. “Con frecuencia se cree que pueden ser manipulados, pero no es cierto; la autonomía estudiantil en la Universidad Nacional es inmensa”.

El profesor cerró con un llamado a la unidad: “Es un momento que exige reflexión y consenso alrededor de un proyecto académico incluyente para toda la comunidad universitaria”.
El CSU deberá ahora definir en los próximos días la ruta para designar un nuevo rector o restituir el proceso previo, en un ambiente marcado por tensiones políticas, discusiones sobre autonomía y un debate más amplio sobre la relación del Gobierno con las instituciones públicas de educación superior.







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