La ostentosa vida de Verónica Alcocer en Estocolmo reaviva cuestionamientos sobre su situación financiera y su rol como primera dama

La presencia de Verónica Alcocer en Estocolmo, donde reside desde octubre, ha generado nuevas controversias políticas en Colombia. Su traslado se produjo luego de que Estados Unidos incluyera a ella, al presidente Gustavo Petro y a Nicolás Petro en la Lista Clinton del Departamento del Tesoro. Desde Suecia, Alcocer ha sido vista en ambientes exclusivos y en círculos sociales de alto nivel, mientras en el país crece el debate sobre su estilo de vida y las implicaciones políticas y financieras de su estadía en Europa.

De acuerdo con el medio sueco Expressen, Alcocer se hospedó inicialmente en el Strand Hotel, en Nybrokajen, antes de mudarse a un apartamento en el centro de la ciudad. Su presencia ha sido registrada en restaurantes de lujo, clubes privados como Noppes y eventos sociales reservados, donde comparte con empresarios influyentes y figuras reconocidas de la sociedad sueca.

Entre las personas de su entorno, el medio menciona al empresario Kristofer Ruscon, fundador de la marca de champán Hatt et Söner; a su pareja, Sofia Strand, creadora de Pixi; y a Olof Larsson, dueño de la relojería Nymans Ur. Fotografías en redes sociales muestran a la primera dama acompañada de figuras públicas suecas y asistentes frecuentes a estos círculos sociales. Algunos allegados consultados prefirieron no pronunciarse sobre su relación con Alcocer, aunque confirmaron coincidencias en eventos privados.

Su adaptación a Estocolmo también se ha visto favorecida por contactos personales, como la DJ Gunn Lundemo, a quien Expressen identifica como un apoyo clave para su llegada, así como por la cercanía del empresario Jonathan Rex, presidente de Hatt et Söner.

Sanciones internacionales y efectos en Colombia

La inclusión de Alcocer en la Lista Clinton implica restricciones severas: congelamiento de activos, limitaciones financieras y prohibiciones de transacciones comerciales internacionales. Bancos colombianos, según el medio sueco, también enfrentan riesgos si mantienen vínculos con personas sancionadas, un factor que introduce presión adicional sobre su situación.

En paralelo, la prensa colombiana ha retomado investigaciones previas sobre los gastos asociados a la primera dama. La Silla Vacía documentó este año más de 1.000 millones de pesos en costos vinculados a su comitiva oficial —fotógrafo, estilista, asesora personal— durante un periodo de año y medio, cifras que vuelven a ser parte del debate ahora que Alcocer permanece en Europa sin agenda oficial y sin salario del Estado.

El presidente Gustavo Petro defendió a Alcocer en redes sociales, afirmando que no utiliza recursos públicos y criticando a sectores que cuestionan su estilo de vida. Aseguró que ella “no gasta ni un peso del erario” y recordó que es ciudadana europea, con libertad para vivir y relacionarse en Suecia. También reveló que su relación sentimental con Alcocer terminó “hace años”, pese a que su matrimonio continúa vigente y ella ha representado al país en actos oficiales recientes.

Las declaraciones del mandatario, lejos de cerrar el debate, han abierto nuevos interrogantes sobre el papel que desempeña Alcocer como primera dama y sobre los procedimientos institucionales relacionados con sus viajes y actividades.

Vínculos recientes entre Colombia y Suecia

La presencia de Alcocer en Estocolmo coincide con momentos diplomáticos relevantes, como la firma de la adquisición de diecisiete aviones de combate Jas Gripen E/F por parte del Gobierno colombiano y las reuniones oficiales sostenidas por Petro y Alcocer con autoridades suecas el año pasado. Sin embargo, en esta ocasión, su estancia no responde a compromisos oficiales, lo que aumenta la atención sobre su vida privada y su sostenibilidad financiera.

En contexto: Gustavo Petro oficializa la compra de 17 aviones Gripen en un contrato histórico de $16,5 billones

A pesar de los señalamientos, ni Alcocer ni su círculo cercano han hecho declaraciones públicas sobre su permanencia en Suecia, mientras continúa la discusión en Colombia sobre el impacto político y ético de la vida que lleva fuera del país.

Deja un comentario