La tensión entre el Ejecutivo y el poder judicial volvió a escalar luego de que el presidente Gustavo Petro cuestionara públicamente a la magistrada Cristina Lombana por su papel en el allanamiento a la vivienda del ministro del Interior, Armando Benedetti. El jefe de Estado aseguró que tanto ese proceso como el de su hijo, Nicolás Petro, están “atravesados por la polarización política”.

A través de su cuenta en X, Petro sostuvo que “la actitud de la víctima, Armando, y la actitud desobligante de una juez incriminada por sesgo ideológico son incompatibles con el desarrollo de una justicia independiente”. En su mensaje, el mandatario denunció que existen investigadores y jueces que “se arrodillan al querer de los dueños de los medios de comunicación y hasta del narcotráfico”.

Las declaraciones del presidente se produjeron después de que Adelina Guerrero, esposa del ministro Benedetti, denunciara públicamente haber sido tratada de manera humillante por la magistrada Lombana durante el allanamiento en su residencia en Puerto Colombia, Atlántico.

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Según Guerrero, la magistrada “la trató de ignorante”, le ordenó “callarse y sentarse de forma despectiva” y permitió el ingreso de funcionarios del GOES que la intimidaron. “Me quitó mi celular, al cual intentaron ingresar de manera ilegal hasta bloquearlo. Amenazó con capturarme y me intimidó con funcionarios armados”, relató en su publicación.

Guerrero también señaló que la diligencia judicial fue realizada con abuso de poder y que Lombana “intentó aplastar su dignidad como mujer”.

El presidente, que ya había criticado a la magistrada Lombana en ocasiones anteriores, insiste en que varios procesos judiciales recientes —incluido el de su hijo— están contaminados por motivaciones políticas.

Con este pronunciamiento, el mandatario abre un nuevo frente de tensión institucional mientras el país sigue atento al desenlace del caso Benedetti, una de las figuras más cercanas al Gobierno y ahora epicentro de la controversia judicial.