Daniel Quintero se queda sin vía legal para aspirar a la Presidencia

La Registraduría Nacional negó la inscripción del comité de recolección de firmas con el que el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, buscaba respaldar su aspiración presidencial para 2026. La decisión se dio luego de que la entidad concluyera que su participación en la consulta del Pacto Histórico lo deja inhabilitado para inscribirse nuevamente “en el mismo proceso electoral”.

Según la resolución firmada por el registrador delegado, la inscripción de Quintero como precandidato en la consulta interpartidista del 26 de octubre “quedó en firme”, pese a que el exmandatario anunció su retiro antes de la votación. Su nombre permaneció en el tarjetón y obtuvo más de 142.000 votos, cifra inferior al voto en blanco.

La Registraduría explicó que aceptar la creación del comité denominado Reset Total Contra el Narco y los Corruptos implicaría promover “una candidatura inválida por una prohibición conocida”, lo que generaría un proceso “inútil y costoso” para el Estado.

Además, la entidad aclaró que no recibió comunicación oficial de los partidos convocantes de la consulta sobre el retiro formal de Quintero antes de la jornada electoral, hecho que refuerza la validez de su inscripción inicial.

De acuerdo con la Ley Estatutaria 1475 de 2011, los resultados de las consultas son vinculantes tanto para los partidos como para los precandidatos inscritos, lo que impide que estos busquen otras vías de participación dentro del mismo proceso electoral.

Reacciones y próximos pasos

El Polo Democrático, uno de los partidos del Pacto Histórico, señaló que Quintero no figura como militante de su colectividad. Sin embargo, el pronunciamiento no modifica la posición jurídica definida por la Registraduría, que deja sin efecto su intento de participar mediante firmas.

Con esta decisión, Quintero se queda, por ahora, sin una ruta clara para mantener viva su aspiración presidencial. El caso podría escalar ante el Consejo Nacional Electoral, pero la resolución marca un punto de quiebre en su estrategia política a menos de un año del inicio formal de la contienda.

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