Cauca en llamas: dos atentados en un día estremecen al país

El departamento del Cauca volvió a ser escenario de horror. En menos de 24 horas, dos ataques —uno en el municipio de Suárez y otro en Corinto— dejaron al menos seis personas muertas y varias heridas, en una jornada que las autoridades calificaron como “un golpe brutal contra la paz”.

En Suárez, un coche bomba explotó frente a la estación de Policía, causando la muerte de dos civiles y dejando un uniformado herido. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, responsabilizó del atentado al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las antiguas FARC.

Según el reporte oficial, el ataque fue perpetrado “mediante un vehículo cargado con explosivos, lanzamiento de cilindros y ráfagas de fusil”. Sánchez aseguró que el acto refleja “el desespero cobarde de la estructura criminal ante la pérdida de control territorial y el debilitamiento de sus finanzas ilegales derivadas del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión”.

El gobernador del Cauca, Octavio Guzmán, también condenó lo ocurrido y pidió mayor presencia integral del Estado. “La violencia no puede ser el lenguaje de quienes buscan el poder desde el miedo. El Cauca merece vivir en paz, con esperanza y sin miedo”, afirmó.

Horas después, en el municipio de Corinto, hombres armados irrumpieron en el bar El Catinao y abrieron fuego contra los asistentes. Cuatro personas murieron y varias más resultaron heridas. Las cámaras de seguridad registraron escenas de pánico: cuerpos tendidos, vidrios rotos y gritos de auxilio en medio del caos.

El Ejército Nacional informó que los responsables serían integrantes del Bloque Jacobo Arenas, estructura del EMC, que opera en el norte del Cauca. El general Emilio Cardozo, comandante del Ejército, anunció una recompensa de $4.500 millones por información que conduzca a la captura de alias Marlon, presunto cabecilla del bloque. También se ofrecieron $1.600 millones por otros tres miembros identificados como alias Zamora, Darío y Jairo Ramírez.

La ONU alertó que en lo que va del año se han registrado decenas de atentados similares en el suroccidente del país, lo que mantiene al Cauca como una de las zonas más golpeadas por la violencia, pese a los acuerdos de paz de 2016.

Ubicado entre las montañas andinas y el Pacífico, el Cauca sigue siendo epicentro de disputa entre disidencias de las FARC, el ELN y bandas narcotraficantes que se disputan el control de los cultivos de coca y las rutas hacia el exterior.

Los dos ataques del lunes dejaron una imagen que se repite con dolorosa frecuencia: calles devastadas, familias en duelo y una región que, pese a los esfuerzos oficiales, sigue atrapada entre la guerra y la esperanza.

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