Exsubsecretario del Tesoro afirma que Maduro financió la campaña presidencial de Gustavo Petro

En un contexto marcado por la crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, el exsubsecretario del Departamento del Tesoro norteamericano, Marshall S. Billingslea, lanzó fuertes acusaciones sobre una supuesta injerencia del gobierno venezolano en campañas políticas de izquierda en América Latina, incluyendo la que llevó al poder al presidente Gustavo Petro en 2022.

Billingslea, quien ocupó cargos clave durante la administración de Donald Trump y fue uno de los principales impulsores de sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro, afirmó en una audiencia pública que “dinero corrupto y sucio de Venezuela financió la campaña de Petro”, así como otras iniciativas políticas en países como México y Brasil.

“Cuando se observa el régimen que ha fomentado la plaga socialista que se ha extendido por toda América Latina, son los venezolanos”, señaló el exfuncionario.

Acusaciones sobre vínculos financieros y presencia de Hezbolá en la región

El exsubsecretario profundizó en sus señalamientos durante su intervención ante el Comité de Narcóticos del Senado de Estados Unidos, donde advirtió que el régimen venezolano habría establecido una red de cooperación entre el narcotráfico, el terrorismo y grupos políticos afines al socialismo regional.

Billingslea sostuvo que alrededor de 400 miembros de Hezbolá habrían sido trasladados a Sudamérica, con destino inicial en Venezuela, lo que —según él— facilitaría operaciones ilícitas y conexiones logísticas con redes criminales en Colombia, especialmente en las zonas fronterizas.

“La colaboración entre el régimen venezolano, el narcotráfico y Hezbolá crea un corredor de riesgo que amenaza a toda la región”, afirmó.

Durante su exposición, también identificó a Ghazi Nasr al-Din, exfuncionario de Hugo Chávez y exencargado de negocios de Venezuela en Siria, como uno de los principales operadores financieros de Hezbolá en América Latina. Según informes citados por Billingslea, Nasr al-Din habría facilitado el otorgamiento de pasaportes venezolanos y transferencias bancarias a miembros del grupo terrorista, lo que le habría permitido moverse con libertad por distintos países.

El exsubsecretario aseguró que más de 20.000 documentos de identidad venezolanos habrían sido emitidos a personas provenientes de Líbano, Siria e Irán, algunas de las cuales incluso habrían logrado ingresar a territorio estadounidense.

Reacciones y creciente tensión entre Washington, Caracas y Bogotá

Las declaraciones de Billingslea se suman al deterioro reciente en las relaciones entre los gobiernos de Gustavo Petro y Donald Trump, luego de que el exmandatario estadounidense tildara al jefe de Estado colombiano de “líder del narcotráfico”, lo que desató una ola de reacciones diplomáticas y políticas.

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En respuesta, el presidente Petro calificó las afirmaciones de “infundadas e irresponsables”, mientras que el régimen de Nicolás Maduro expresó su respaldo al gobierno colombiano. “Lo que sea con Colombia es con Venezuela, y lo que sea con Venezuela es con Colombia”, declaró Maduro.

El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, también manifestó su apoyo a Petro y aseguró que la Armada venezolana estaría dispuesta a “respaldar a Colombia frente a cualquier amenaza extranjera”.

Un nuevo capítulo en la disputa geopolítica

Las acusaciones de Billingslea no solo tensan aún más la relación entre Washington y Bogotá, sino que reavivan las alertas sobre el papel de Venezuela en la financiación de movimientos políticos de izquierda en América Latina.

El exfuncionario concluyó su intervención asegurando que una eventual “restauración de la democracia” en Venezuela pondría fin a la financiación subversiva que —según él— ha sostenido a varios gobiernos socialistas en la región.

“Una vez tengamos la democracia restaurada en Venezuela, todo ese dinero de subversión que ha estado financiando las campañas socialistas en la región se seca”, sentenció.

Mientras tanto, los señalamientos abren un nuevo frente de tensión diplomática y política que podría tener repercusiones directas en la cooperación bilateral entre Colombia y Estados Unidos, especialmente en materia de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional.

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