El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que el Gobierno nacional firmará antes de finalizar octubre un contrato con la empresa sueca Saab para la adquisición de 18 aviones de combate Gripen, en una de las operaciones más grandes de la historia militar del país.

En entrevista con Mañanas Blu, Sánchez aseguró que la inversión total asciende a 16 billones de pesos, incluyendo la adecuación de infraestructura para recibir la nueva flota. “Ese contrato va acorde a todos los pasos que se deben llevar a cabo para hacer una compra de esa envergadura”, afirmó.

El ministro explicó que la adquisición forma parte de una estrategia de defensa con proyección a 50 años, y precisó que la financiación no afectará el presupuesto del próximo año. “Ya se aprobaron las vigencias futuras y se espera iniciar los pagos a partir de 2027, en promedio de 3 a 3,5 billones de pesos anuales”, detalló.

El contrato con Saab se encuentra en su etapa final de revisión, y según Sánchez, el objetivo es garantizar transparencia y responsabilidad fiscal. “Solo falta revisar con lupa el contrato, que esté bien estructurado y asegure la capacidad que nos va a proteger por los próximos 50 años”, indicó.

Una independencia cuestionada

La decisión de adquirir los aviones Gripen responde al interés del presidente Gustavo Petro de contar con una “fuerza pública independiente” y de reducir la dependencia militar de Estados Unidos. Sin embargo, esta independencia no es total, como explicó La Silla Vacía, los motores de los Gripen son de origen estadounidense y parte de sus sistemas electrónicos provienen de Elbit Systems, empresa israelí con presencia en Brasil.

El proceso ha tenido retrasos, ya que inicialmente se esperaba que la firma se realizara en septiembre. A pesar de las demoras, Saab ha asegurado que cuenta con todos los permisos necesarios. Las recientes tensiones diplomáticas de Petro con Estados Unidos e Israel, así como sus declaraciones sobre una posible salida de Colombia de la OTAN, han generado incertidumbre sobre el avance del acuerdo.

Con esta firma, el Gobierno busca modernizar la Fuerza Aérea y reforzar su autonomía operativa, en medio de un contexto internacional cada vez más complejo.