Las fuerzas militares de Estados Unidos realizaron una nueva operación en aguas del Caribe que culminó con la destrucción de una embarcación presuntamente utilizada para el transporte de drogas desde Venezuela. El ataque, ordenado directamente por el presidente Donald Trump, dejó como saldo la muerte de cuatro hombres señalados por Washington como “narcoterroristas”.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que la lancha fue interceptada en aguas internacionales cercanas a las costas venezolanas. “La operación fue letal y dinámica”, dijo el funcionario, al destacar que ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido. Imágenes difundidas por el Pentágono muestran el momento en que un proyectil impacta contra la embarcación, que terminó envuelta en llamas junto a sus ocupantes.

Esta acción militar es la cuarta en menos de un mes contra embarcaciones que, según las autoridades estadounidenses, operaban en rutas controladas por grupos de narcotráfico vinculados a Venezuela. Trump ha insistido en que estas misiones forman parte de su estrategia de “cero tolerancia” frente al crimen transnacional y a los actores que —según él— amenazan la seguridad de su país.

Washington sostiene que los grupos detrás de estas operaciones están relacionados con el denominado “Cartel de los Soles”, una estructura criminal que, de acuerdo con las agencias estadounidenses, involucra a miembros del alto mando militar venezolano. Por ello, el gobierno norteamericano mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura del presidente Nicolás Maduro.

El gobierno venezolano, por su parte, denunció las acciones como una “incursión ilegal” y aseguró que las víctimas eran pescadores civiles. “Atacaron a hombres inocentes, no a narcotraficantes”, afirmó Maduro, quien acusó a Estados Unidos de buscar justificar una futura intervención militar bajo el argumento de la lucha antidrogas.

La tensión en el Caribe continúa en aumento mientras Washington refuerza su presencia naval y aérea en la región. Analistas internacionales advierten que la administración Trump podría estar preparando el terreno jurídico y político para una escalada mayor, bajo la figura de operaciones antinarcóticos, sin admitir formalmente un conflicto armado con Venezuela.