El Ejército de Israel interceptó este miércoles el barco Alma, perteneciente a la flotilla humanitaria Global Sumud, que se dirigía hacia Gaza con activistas de distintos países —entre ellos la ambientalista sueca Greta Thunberg— y cargamentos de alimentos y medicinas destinados a la población palestina.
Según reportes de la misión, alrededor de las 19:00 horas ya se había detectado la presencia de una veintena de buques israelíes a menos de cinco kilómetros antes de que se concretara la intercepción. Tras el operativo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) amenazaron al resto de las embarcaciones de la flotilla, advirtiendo que “correrán la misma suerte” si intentan continuar el viaje.
Los organizadores denunciaron que Israel volvió a violar el derecho internacional al intervenir una embarcación civil en aguas internacionales e impedir el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza. Durante la mañana, la flotilla ya había reportado maniobras intimidatorias por parte de buques israelíes, lo que llevó a activar protocolos de emergencia ante la posibilidad de un ataque.
La Global Sumud Flotilla, que zarpó desde Barcelona, busca romper el bloqueo marítimo impuesto sobre Gaza y entregar material básico a la población civil. La activista Greta Thunberg se unió a la misión como símbolo de apoyo al pueblo palestino y para visibilizar la crisis humanitaria que sufre el enclave.
Condena internacional
Tras conocerse el asalto, partidos españoles como Más Madrid, Sumar, Compromís, Izquierda Unida y Comuns condenaron la acción militar israelí y exigieron la liberación inmediata de los integrantes de la flotilla. En un comunicado conjunto, las formaciones calificaron la intercepción como “un ataque contra una misión humanitaria no violenta” y reclamaron al Gobierno de España actuar con urgencia para garantizar la seguridad de los tripulantes.
También pidieron la apertura de una investigación judicial y recordaron las órdenes de detención emitidas por la Corte Penal Internacional contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
La flotilla humanitaria, integrada por más de 40 embarcaciones, pretendía entregar ayuda a los habitantes de Gaza y denunciar el bloqueo marítimo impuesto por Israel desde hace casi dos décadas. Su intercepción se produce en medio de una creciente presión internacional para detener la guerra en la Franja, donde la población civil enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.







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