La misión humanitaria Global Sumud Flotilla, integrada por 51 barcos con activistas internacionales, avanza hacia la Franja de Gaza bajo creciente tensión diplomática y militar. Después de los recientes ataques con drones en aguas internacionales, Italia y España decidieron intensificar la protección a los participantes, muchos de ellos parlamentarios y líderes sociales.
El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, anunció el despliegue de una segunda fragata, la Alpino, que se suma a la Virgilio Fasan, ya en la zona. Según explicó en el Parlamento, el objetivo es proteger a ciudadanos italianos y europeos en aguas internacionales. Sin embargo, advirtió que en aguas bajo control de Israel “no se puede garantizar la seguridad” y cualquier incursión podría ser interpretada como acto hostil por Tel Aviv.
La primera ministra Giorgia Meloni, desde Nueva York, criticó con dureza la iniciativa calificándola de “irresponsable” y acusó a los activistas de “poner en riesgo al Gobierno italiano”. Sus palabras desataron polémica en Roma, donde la oposición la acusó de atacar a los voluntarios mientras guarda silencio ante los abusos en Gaza. Horas más tarde, en la ONU, Meloni endureció su discurso contra Israel al denunciar que su ejército “ha superado todos los límites”.

España se une a la misión de escolta
El presidente Pedro Sánchez confirmó el envío del patrullero oceánico Furor P46, que acompañará a la flotilla en el Mediterráneo. El buque, construido por Navantia en Ferrol y operativo desde 2019, está diseñado para operaciones de vigilancia marítima y cuenta con tecnología de última generación.
Sánchez advirtió que “España va a proteger a sus compatriotas” y reclamó a Israel respeto a las misiones humanitarias internacionales. La decisión de Madrid refuerza el carácter europeo de la operación, que busca garantizar que la ayuda humanitaria llegue a Gaza pese al bloqueo marítimo impuesto por Tel Aviv.

La propuesta italiana de desembarcar la ayuda en Chipre para trasladarla luego a Gaza bajo coordinación de instituciones religiosas fue rechazada por la organización de la flotilla. En un comunicado, los activistas reafirmaron su objetivo de romper el bloqueo marítimo y entregar directamente la ayuda a la población gazatí, denunciando que Israel prepara “nuevos ataques con armas pesadas” en las próximas horas.
El clima político y social en Italia se tensa: asociaciones pacifistas y sindicatos advirtieron que convocarán huelgas si se repiten los ataques. En paralelo, el Gobierno italiano insiste en buscar una salida diplomática que evite un choque directo con Israel.







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