En su intervención ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente Gustavo Petro cuestionó la política antidrogas de Estados Unidos y la reciente descertificación de Colombia, calificándola como un mecanismo de dominación sobre América Latina.

Petro sostuvo que el Tren de Aragua “no es una organización terrorista, solo son delincuentes comunes agrandados por la idea de bloquear a Venezuela y quedarse con su petróleo pesado y ya venenoso”.

Según el mandatario, los verdaderos narcotraficantes no viven en Bogotá, Caracas ni en el Caribe, sino en ciudades como Miami, Nueva York, París, Madrid y Dubái, donde gozan de lujos mientras se lanzan misiles sobre zonas de pobreza.

El presidente denunció que los misiles estadounidenses que impactaron embarcaciones en el Caribe podrían haber alcanzado a ciudadanos colombianos: “Los jóvenes asesinados con misiles en el Caribe no eran del Tren de Aragua, eran caribeños posiblemente colombianos. Y si fueron colombianos, debe abrirse un proceso penal contra esos funcionarios de Estados Unidos, incluyendo al funcionario de mayor rango, el presidente Trump, que permitió los disparos”.

Petro también aseguró que los migrantes no son delincuentes y denunció que los bloqueos económicos constituyen un “genocidio”, “No tienen que llevarlos a campos de concentración ni expulsarlos encadenados. La migración no es el problema, sino el producto del bloqueo a los países más pobres”.

El presidente vinculó la situación en el Caribe con los ataques en Gaza, señalando que estas acciones violentas reflejan una estrategia de control global, “Trump no solo deja que caigan misiles contra jóvenes en el Caribe, sino que permite ataques contra niños, mujeres y ancianos en Gaza”.

Con su discurso, Petro volvió a cuestionar la política antidrogas de Estados Unidos y la postura internacional frente a América Latina, enfatizando los efectos de la violencia y el bloque económico sobre los ciudadanos más vulnerables.