La represión contra las libertades individuales y, en especial, contra las mujeres, se profundiza en Afganistán. El gobierno talibán anunció la eliminación de libros escritos por mujeres de las universidades, la prohibición de 18 asignaturas —la mayoría relacionadas con género y derechos— y el corte de las conexiones de internet en diez provincias del norte del país.
Las autoridades informaron que alrededor de 140 textos elaborados por mujeres, incluidos manuales técnicos como Seguridad en el laboratorio químico, fueron retirados de las bibliotecas académicas por considerarse contrarios a la “sharía y a la política del sistema”. Además, las universidades recibieron la orden de suspender materias como Género y Desarrollo, Sociología de la Mujer y El Rol de la Mujer en la Comunicación.
Un miembro del comité revisor confirmó que “no se permite la enseñanza de ningún libro escrito por mujeres”. Para la exviceministra de Justicia, Zakia Adeli, una de las autoras censuradas, la medida era previsible. “Cuando no se permite a las mujeres estudiar, también se suprimen sus ideas y escritos”, declaró.

Restricción de internet y control social
De manera paralela, el líder supremo talibán ordenó suspender el servicio de fibra óptica en al menos diez provincias del norte, incluidas Kunduz, Baghlan, Badakhshan, Takhar y Balkh, con el argumento de evitar “actividades inmorales” en redes sociales.
Es la primera vez desde 2021 que se aplica una prohibición de este tipo, lo que ha dejado a hogares, empresas y oficinas sin conexión. El acceso mediante datos móviles, sin embargo, seguirá habilitado.

Las medidas refuerzan un marco de prohibiciones que ya limita casi por completo la vida de mujeres y niñas, no pueden estudiar más allá de la primaria, trabajar salvo en contados casos, salir solas de casa, practicar deportes o acudir a espacios públicos como parques, cafés o gimnasios. También tienen vedado hablar en público o ser escuchadas en medios, y deben cumplir con estrictas normas de vestimenta.
Con la eliminación de libros, asignaturas y acceso digital, Afganistán profundiza el aislamiento de su población, mientras la comunidad internacional advierte sobre un vacío educativo que afecta especialmente a las mujeres y las condena a la invisibilidad social.







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