El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó ante las comisiones económicas del Congreso que el Gobierno reducirá en $10 billones el Presupuesto General de la Nación para 2026, dejando la cifra en $547 billones. La decisión se tomó tras las objeciones planteadas por distintos sectores políticos frente a la propuesta inicial.
Durante el debate en el Salón Elíptico, Ávila explicó que la modificación impactará directamente la reforma tributaria o Ley de Financiamiento, que pasará de una meta de recaudo de $26,3 billones a $16,3 billones. El funcionario señaló que ambos proyectos —presupuesto y reforma— deben tramitarse de manera articulada para garantizar el equilibrio fiscal.
El ministro detalló que del total proyectado para 2026, cerca de $509 billones corresponden a gasto inflexible. Además, mencionó que el cálculo de ingresos incluye $303 billones de recursos corrientes, $176 billones de capital, $29,6 billones de establecimientos públicos y $16,3 billones por la reforma tributaria, que completan los $556,9 billones en el nuevo escenario financiero.
Ávila aseguró que se están revisando medidas tributarias inicialmente contempladas, como el aumento del IVA a la gasolina del 5 % al 19 % y al diésel, así como la tarifa de 19 % a los juegos de azar en línea y los incrementos planteados para la cerveza y otros licores. El Gobierno también evalúa la posibilidad de gravar boletas de eventos deportivos y culturales cuyo costo supere los $500.000.
Resistencia en el Congreso
Aunque el Ejecutivo anunció el recorte, no todos los partidos quedaron satisfechos. Cambio Radical declaró que no respaldará el proyecto, argumentando que la propuesta no resuelve el déficit estructural, que calculan en más de $26 billones. Según esa colectividad, el presupuesto mantiene un gasto de funcionamiento elevado y pretende cubrir los faltantes con una tributaria “improvisada”.
El ajuste se presenta en medio de un ambiente de negociación intensa en el Congreso, donde aún falta consenso para aprobar tanto el presupuesto como la reforma fiscal. El desenlace de estas discusiones definirá el rumbo de las finanzas públicas del país en un año marcado por la necesidad de estabilidad fiscal.







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