El expresidente Álvaro Uribe Vélez se pronunció en medio de la disputa entre Gustavo Petro y los alcaldes de las principales capitales, quienes este domingo inician una gira en Washington para pedir que Colombia no sea descertificada en la lucha contra las drogas.

Uribe señaló que el próximo Gobierno debe trabajar en la construcción de mejores relaciones con las administraciones locales, sin importar su filiación política. “El próximo Gobierno Nacional tendrá que construir buenas relaciones institucionales con gobernadores y alcaldes, independiente del origen político de ellos”, expresó.

El líder del Centro Democrático recordó que durante su paso por la Gobernación de Antioquia y la Presidencia mantuvo un diálogo permanente con las regiones, aunque reconoció que los apoyos resultaron “siempre insuficientes”. Con ello, buscó destacar la importancia de mantener puentes entre el Ejecutivo y las autoridades locales, mensaje interpretado como una indirecta al actual presidente.

El pronunciamiento se da en un ambiente de tensión marcado por los reclamos de Petro a los mandatarios que viajan a Washington —Carlos Fernando Galán (Bogotá), Federico Gutiérrez (Medellín), Alejandro Char (Barranquilla), Alejandro Eder (Cali) y Dumek Turbay (Cartagena)—. Según el jefe de Estado, “estos alcaldes no están autorizados para representar a Colombia” y advirtió que “la Constitución es clara, certifiquen o no, la constitución de Colombia se respeta”.

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La respuesta más fuerte vino del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien acusó al presidente de actuar como un dictador y aseguró que no necesitan permiso para trabajar en favor de sus ciudades. “Lo hacemos por Colombia, no por vos”, afirmó.

Los alcaldes tendrán encuentros con funcionarios del Departamento de Estado y congresistas republicanos y demócratas. En su agenda está solicitar que Colombia mantenga la certificación y que se amplíe la cooperación en seguridad y lucha contra el narcotráfico.

El mensaje de Uribe añade un nuevo elemento a la controversia, al poner sobre la mesa la fragilidad de las relaciones entre el Gobierno Nacional y los mandatarios regionales, en un momento en el que Colombia espera la decisión de Washington sobre su permanencia en la lista de países cooperantes en la lucha antidrogas.