El presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza tras conocerse la decisión del Tribunal Superior de Bogotá que dejó en libertad al expresidente Álvaro Uribe Vélez, condenado en primera instancia a 12 años de prisión por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
En medio de un consejo de ministros, el jefe de Estado aseguró que el fallo plantea serios cuestionamientos sobre la equidad en la justicia colombiana y comparó la situación de Uribe con la de la empresaria e influenciadora Daneidy Barrera, conocida como Epa Colombia, quien permanece privada de la libertad.
“En una democracia progresista la mujer tiene que ser libre, y entonces los machos, pues sí, no votan por nosotros, pero voten por su derecha. Pero eso no es democracia, es esclavitud. Y entonces la justicia se nos vuelve venganza. (…) Yo no entiendo cómo Uribe está libre y Epa presa. ¿Eso es justicia? ¿O es la venganza del macho?”, señaló Petro durante su intervención.
El mandatario también aprovechó para responder a recientes señalamientos de Uribe, quien lo acusó de haber instigado el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay. Petro rechazó de manera tajante esa afirmación y sostuvo que el expresidente tiene un pasado ligado a la violencia. “La crítica de Uribe a Petro es absolutamente falaz, porque Petro no tiene las manos untadas de sangre como él. (…) Yo no tengo en mi corazón odio ni venganza, aunque me hizo daño a mí y a mi familia”, afirmó.
El fallo del Tribunal Superior de Bogotá revocó la medida de prisión domiciliaria impuesta por la jueza Sandra Heredia, al considerar que se vulneraron derechos fundamentales como la presunción de inocencia y el debido proceso. Esto significa que Uribe podrá enfrentar en libertad el curso de la apelación mientras la condena de primera instancia es revisada en segunda.
Tras la decisión, Uribe expresó su agradecimiento a través de un mensaje en redes sociales: “Cada minuto de mi libertad lo dedicaré a la libertad de Colombia”.
La controversia en torno a la libertad del exmandatario revive el debate sobre la confianza ciudadana en el sistema judicial. Mientras Petro advierte que se abre un escenario de desigualdad en la aplicación de las normas, sus críticos lo acusan de usar el caso para polarizar aún más el ambiente político. El caso, en todo caso, seguirá marcando la agenda pública en las próximas semanas.







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