El presidente Gustavo Petro se pronunció este lunes tras los resultados de la primera vuelta presidencial en Bolivia, que dejaron fuera al oficialismo y abrieron paso a una segunda vuelta entre dos figuras opositoras, Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga.

En un mensaje en su cuenta de X, el mandatario colombiano lamentó que la división del “movimiento indígena y popular” debilitara la fuerza política que gobernó Bolivia en las últimas dos décadas.

“Solo la división del movimiento indígena y popular permite que los hidalgos, dueños de indígenas, vuelvan al poder. Ahora que entregarán el litio, debe el movimiento popular unirse con dignidad por encima de los egos. La unidad del pueblo es fundamental”, expresó Petro.

La fractura del oficialismo boliviano

El comentario del jefe de Estado colombiano hace referencia a la crisis interna del Movimiento al Socialismo (MAS), que compitió dividido en los comicios. Tras la salida del expresidente Evo Morales, inhabilitado constitucionalmente para aspirar a un nuevo mandato, el MAS presentó como candidato al exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien apenas logró un 3,16 % de los votos preliminares.

De confirmarse esa cifra en el escrutinio oficial, el partido conservaría su personería jurídica, pero quedaría por primera vez en dos décadas fuera de la disputa presidencial. Morales, distanciado del actual presidente Luis Arce, promovió en las últimas semanas el voto nulo, lo que profundizó la fractura del bloque oficialista.

Con el 95 % de las actas escrutadas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) reportó que Rodrigo Paz Pereira, senador del Partido Demócrata Cristiano (PDC), encabeza los resultados con un 32,1 %. Paz, de 57 años, es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y ha centrado su campaña en la descentralización fiscal, proponiendo que los departamentos reciban el 50 % del presupuesto nacional.

En segundo lugar se ubicó el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de la Alianza Libre, con el 26,8 %. Su propuesta principal se enfoca en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recuperar las reservas internacionales y reducir el tamaño del Estado.

De acuerdo con la normativa boliviana, al no superar ninguno de los candidatos el 50 % de los votos ni alcanzar el 40 % con una diferencia mínima de 10 puntos, se deberá celebrar una segunda vuelta el próximo 19 de octubre.

Estas elecciones se desarrollan en medio de una situación económica compleja en Bolivia, marcada por la escasez de dólares, la caída de las reservas internacionales y una creciente presión social por el manejo del litio, considerado un recurso estratégico para el futuro del país.

La definición del próximo presidente, entre Paz y Quiroga, marcará un giro en el rumbo político tras más de 18 años de predominio del MAS. Mientras tanto, los mensajes de líderes regionales como Petro ponen de relieve el impacto regional de la elección boliviana.