El Ejército de Liberación Nacional (ELN) rechazó de manera tajante las afirmaciones del presidente Gustavo Petro sobre su presunta participación en el asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.

A través de un comunicado, el comandante Antonio García negó que la guerrilla tuviera relación con el crimen ocurrido en Bogotá el pasado 7 de junio y acusó al mandatario de utilizar el dolor del país con fines políticos.

En su pronunciamiento, García criticó que Petro hubiera afirmado públicamente que “es probable” que el ELN estuviera involucrado en el atentado, aun cuando reconoció que no podía confirmarlo. “El ELN resulta acusado por el presidente de un acto que no ejecutó. Pues el ELN, cuando hace algo, tiene el valor de responder por lo que hace”, sostuvo.

El jefe guerrillero cuestionó además lo que calificó como “trabalenguas” del mandatario, al dar a entender que existían indicios en contra del ELN sin esperar los resultados de la investigación. “Es consciente que no sabe, que no está confirmado. Entonces por qué no espera a la investigación como luego lo señala”, agregó.

García fue más allá y acusó a Petro de mentir deliberadamente al vincular al grupo con actividades de narcotráfico. “La ligereza de Petro va más allá de la cordura al atreverse a mentir de manera descarada. Petro hace lo mismo que cualquier policía, soldado o agente de inteligencia diciéndole a los periodistas que tal o cual cargamento era del ELN, sin mostrar capturas ni veredictos de la justicia”, dijo, asegurando además que esa narrativa serviría a intereses extranjeros y que el presidente estaría “pagando favores” a Estados Unidos.

El comandante insurgente lamentó que, a su juicio, se manipulara el dolor causado por la muerte de Miguel Uribe Turbay. “No es fácil hablar de estos hechos en medio de un dolor que se manipula, pero malintencionadamente se trata de achacar al ELN”, expresó.

La respuesta de Petro

Tras la publicación del comunicado, el presidente Petro utilizó su cuenta en X para aclarar que no señaló directamente al ELN como responsable del crimen. “Lean más que la prensa, directamente mis discursos”, escribió, insistiendo en que sus palabras fueron interpretadas fuera de contexto.

El mandatario reiteró que los indicios de la investigación apuntan hacia la Segunda Marquetalia, una disidencia de las FARC con fuerte presencia en Colombia y Venezuela. “Es probable que hayan pagado a la Segunda Marquetalia para asesinar al senador Uribe”, dijo, recordando además que este grupo y el ELN mantienen un enfrentamiento abierto en zonas fronterizas, en medio de disputas por economías ilícitas.

Un asesinato con alto impacto político

El ataque contra Miguel Uribe se registró el 7 de junio en el norte de Bogotá. El senador del Centro Democrático, quien se perfilaba como aspirante presidencial, resultó gravemente herido tras la detonación de explosivos que también dejó varios afectados. Tras permanecer hospitalizado más de dos meses, murió a inicios de agosto, lo que generó una conmoción nacional y un debate sobre la seguridad de los dirigentes políticos en campaña.

Su asesinato ha tenido repercusiones en las negociaciones de paz con los grupos insurgentes y ha elevado la tensión política en medio de la campaña electoral. Analistas en seguridad advierten que la confrontación entre el ELN y la Segunda Marquetalia agrava el panorama de violencia en varias regiones, mientras que la falta de resultados judiciales concretos alimenta la incertidumbre.

La investigación sobre los autores materiales e intelectuales sigue abierta. Entretanto, el cruce de acusaciones entre el Gobierno y el ELN añade un nuevo obstáculo al ya frágil escenario de diálogo con las guerrillas.