El presidente Gustavo Petro volvió a lanzar duras críticas contra el Banco de la República por mantener sin cambios la tasa de interés en 9,25 %, a pesar de la reducción sostenida de la inflación en el país.
Según el mandatario, la política del Emisor está afectando directamente a la economía productiva y beneficiando a sectores privilegiados, en lo que considera una apuesta electoral irresponsable.
“El Banco de la República quiere acabar la economía colombiana, porque apuesta electoralmente con mucha irresponsabilidad”, escribió en su cuenta de X, minutos después de conocerse la decisión del Emisor. Petro también cuestionó que no se haya reducido de forma significativa la tasa real, es decir, la diferencia entre la tasa nominal y la inflación, argumentando que esa es la que tiene efectos directos en ramas como la construcción de vivienda y la inversión productiva.
Esta no es la primera vez que el presidente arremete contra las decisiones del Banco. El pasado 20 de julio, durante su intervención ante el Congreso, ya había expresado su desacuerdo con quienes defienden que la caída de la inflación se debe exclusivamente a la política de tasas altas. “Otros economistas pensamos que esa tesis es falsa y lo ponemos como debate, no como tiranos que queremos cerrar el Banco de la República”, afirmó entonces.
Las declaraciones de Petro profundizan un debate que ha sido constante a lo largo de su mandato: el margen de maniobra del Gobierno frente a las decisiones autónomas del Banco Central y el rol de la política monetaria en la reactivación económica.
La respuesta del Banco: técnica, no política
Desde el Banco de la República, el gerente Leonardo Villar defendió la autonomía de la entidad y aseguró que las decisiones se toman con base en información técnica, no política. “La Junta del Banco toma sus decisiones con base en criterios técnicos y en bien de la Nación, tal como lo manda la Constitución”, afirmó. Villar recordó que la inflación ha bajado hasta ubicarse en 4,8 % anual a junio, pero aclaró que aún persisten riesgos tanto internos como externos que justifican una reducción prudente de las tasas.
El gerente también negó que exista alguna motivación política detrás de las decisiones recientes. “Sería difícil argumentar que lo hemos hecho por razones políticas”, dijo en respuesta directa a las acusaciones del presidente.
El Gobierno también rechaza la decisión
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, respaldó la postura del presidente y dejó claro el desacuerdo del Gobierno con los cuatro miembros de la Junta que votaron por mantener la tasa actual. “El Gobierno propuso una reducción sustentada en que hemos logrado una reducción significativa de la inflación. Nos parece una oportunidad perdida para responder a las dinámicas de la economía”, afirmó Ávila.
En contraste, los miembros técnicos del Banco han enfatizado que una reducción precipitada de tasas podría poner en riesgo la estabilidad financiera y revertir los logros alcanzados en control de precios.
Mientras el Gobierno insiste en acelerar el crecimiento y estimular sectores productivos a través de una política monetaria más laxa, el Banco mantiene su enfoque de prudencia, lo que agudiza la tensión entre ambas visiones sobre cómo manejar la economía colombiana.







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