El expresidente Álvaro Uribe Vélez cerró este martes cualquier posibilidad de aspirar a la Vicepresidencia en las elecciones de 2026, pese a las reiteradas propuestas de sectores del Centro Democrático y otras fuerzas políticas que lo visualizaban como una figura clave en una eventual fórmula presidencial. La declaración del exmandatario fue clara: no quiere alimentar una discusión institucional en un momento en que, según él, las instituciones están siendo debilitadas.
“No puedo considerar ser candidato a la vicepresidencia. No seré yo quien le cree al país una discusión institucional, justamente ahora que buscan acabar con las instituciones”, escribió Uribe en su cuenta de X, agregando que publica esta decisión “a pesar de estar afrontando un proceso judicial injusto que refleja la politización en algunas instituciones”.
Con ese mensaje, el líder natural del uribismo marcó distancia de la posibilidad de integrar una fórmula presidencial y dejó claro que su prioridad está en apoyar a su partido desde otros espacios. El anuncio también desactiva una discusión jurídica que comenzaba a escalar sobre si un expresidente podía postularse a la Vicepresidencia, un debate que ponía en juego la interpretación del artículo 197 de la Constitución.
En su publicación, Uribe también aprovechó para arremeter contra el ministro de Justicia, Néstor Osuna, por haber designado en el ministerio a la esposa de un fiscal que, según él, promovió la condena de su hermano. “El ministro Montalegre, presunta víctima mía, ha llevado a trabajar con él en el ministerio a la esposa de su cercano fiscal Mejía, quien encarceló y pidió condenar a mi hermano. Este fiscal fue cuota de Leónidas Bustos, prófugo del Cártel de la Toga”, señaló, sin matizar sus acusaciones.
Tras su pronunciamiento, la atención dentro del Centro Democrático se desplazó nuevamente a la estrategia legislativa y a la posible conformación de listas para el Congreso. Algunos dirigentes del partido han propuesto que Uribe encabece la lista al Senado, especialmente si resulta absuelto en el proceso judicial que enfrenta por presunta manipulación de testigos. Sin embargo, el exmandatario no se ha referido a esa opción.
Por ahora, con esta decisión, Uribe se excluye de la baraja de protagonistas directos para las elecciones presidenciales, pero no de la discusión política. Su figura seguirá siendo central en la definición de candidatos y en la estrategia del uribismo para recuperar terreno electoral en 2026.







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