La reforma laboral del Gobierno Nacional enfrenta un panorama incierto en la Comisión Séptima del Senado, donde se prepara para su tercer debate en los próximos días. Con un plazo límite del 20 de julio para avanzar, el ministro del Interior, Armando Benedetti, ha reconocido la dificultad para asegurar las mayorías, indicando que el proyecto podría no prosperar si no se obtienen los votos necesarios. La iniciativa, que incluye ajustes al horario laboral y el pago del 100% de recargos dominicales, genera posturas encontradas entre los 14 senadores de la comisión.
El senador Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal) lidera una ponencia negativa, argumentando discrepancias con el texto aprobado en Cámara, mientras Fabián Díaz (Alianza Verde) presentó una ponencia alternativa que busca equilibrar derechos laborales con incentivos al empleo. Por su parte, el Pacto Histórico, con Martha Peralta, Wilson Arias y Ferney Silva, sostiene una ponencia positiva. La composición de la comisión muestra un equilibrio delicado: cinco senadores (Pinto, Lorena Ríos, Norma Hurtado, Honorio Henríquez y Berenice Bedoya) y la recién llegada Esperanza Andrade (Partido Conservador) podrían oponerse, mientras cuatro (Peralta, Arias, Silva y Omar de Jesús Restrepo) apoyan al Gobierno. Díaz y otros tres (Ríos, Ana Paola Agudelo y Bedoya) aún no definen su voto.
Decisiones pendientes en un debate clave
Los senadores indecisos condicionan su posición a factores externos. Ríos espera el análisis financiero del Ministerio de Hacienda, y Agudelo evalúa encuestas internas de MIRA. Benedetti busca reuniones con los legisladores para inclinar la balanza, pero el tiempo apremia. La reforma a la salud, también en manos de esta comisión, enfrenta un escenario similar, con la oposición lista para actuar. El resultado dependerá de las negociaciones, dejando el futuro de ambas iniciativas en un punto de inflexión.







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