El presidente Gustavo Petro anunció este viernes una ofensiva militar reforzada en El Plateado y el cañón del Micay, en el Cauca, tras el secuestro de 28 policías y un mayor del Ejército por parte de campesinos el jueves 6 de marzo en la zona rural de Argelia. El conflicto, impulsado por disidencias de las Farc que buscan controlar el territorio, ha intensificado la violencia en una región marcada por economías ilícitas y disputas con la Fuerza Pública. A través de su cuenta en X, Petro afirmó: “Jamás saldrá el ejército de Colombia ni del Plateado ni del Micay. Esa es una decisión irreversible porque el Micay no le pertenece a los carteles mexicanos, sino a Colombia”.

El mandatario detalló que la ofensiva militar y social se duplicará, y advirtió que, de no liberarse a los uniformados, extenderá el decreto de conmoción interior al Micay para financiar una estrategia definitiva. Además, ofreció al campesinado libre integrarse a un programa de pagos masivos por la erradicación de cultivos de coca, buscando una solución integral. Sin embargo, Caracol Radio reportó que, en las últimas horas, los secuestrados fueron liberados y entregados a una comisión humanitaria liderada por la Defensoría del Pueblo, la Iglesia, la ONU, la MAPP OEA, el Ministerio del Interior y la Red de Derechos Humanos Francisco Isías Cifuentes.
Un llamado al diálogo en medio del drama
El alcalde de Argelia, Osman Guaca, rechazó los actos violentos, incluyendo la asonada en la vereda La Hacienda y el secuestro, describiendo la situación como “un drama humano” en una zona históricamente afectada por el conflicto. Guaca instó a un diálogo con todos los actores para evitar más tragedias, pidiendo a las instituciones presencia y acuerdos en inversión social y reconciliación. “No queremos más tragedias; esto es una problemática de país”, afirmó, alertando sobre el riesgo de escalar el enfrentamiento entre la comunidad y la Fuerza Pública, que podría derivar en una crisis humanitaria.
Con la liberación de los uniformados, la tensión disminuye momentáneamente, pero el anuncio de Petro sugiere que la ofensiva militar y social continuará, dependiendo de la respuesta del campesinado y las disidencias. La posible extensión de la conmoción interior mantiene al Cañón del Micay en el centro de la atención nacional, con el futuro de la región aún por definirse.







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